domingo, 15 de marzo de 2009

BORRADOR (Parte 2) - Correcciones & adelantos.


“Hoy día 29 de Abril de 1945, siendo las 09:45 AM, me encuentro dentro del bunker refugiado, lugar que se ha convertido en mi hogar desde hace diversos meses dentro de la Guarida del Lobo, nombre clave que designa a uno de mis mayores cuarteles militares, construido como refugio de tal inesperada situación que ahora mismo vivimos yo y mis fieles. Hoy he decidido abrir de nuevo mi Diario, para relatar los hechos más atroces y maravillosos que sé que pasarán a la historia...

Me encuentro tomando decisiones que nunca creí que pasasen por mi cabeza. Me detengo con no tanta mente fría para analizar la situación de Alemania, mi gran Alemania. Supongo que las cosas que están pasando determinan un horrible final para mi ideología y todo lo logrado por mí durante años... Agotado y rendido, pensando que la mínima posibilidad es ya nula en mis pensamientos, lo único que pienso con la sinceridad más extrema es con la palabra “suicidio”.

Los soviéticos están atacando diversas poblaciones y ciudades del país y más pronto que tarde, aunque me duela y cueste decirlo, tomarán la ciudad de Berlín. Espero no estar aquí para cuando todo eso suceda. A pesar de todo, no me rindo y mantengo la esperanza de que Alemania ganará la Guerra. Sé que el nazismo frente a las democracias liberales podrá sobreponerse y lograr el dominio absoluto de toda nación Europea y si es posible de todo el mundo.

Barajo la posibilidad de que el horrible final que le depara a Alemania, me tocará de lleno a mí... Y es por ello que antes de que todo eso suceda prefiero suicidarme.

Dentro de este diario, guardo los mejores momentos de mi vida, esas tantas situaciones donde la palabra GLORIA y ESPLENDOR me acompañaban de lleno. Qué lástima tener que abrirlo hoy para contar lo peor de lo peor, tener que relatar presagios tremendamente terribles.

Sé que son muchos los que estarían dispuestos sin ningún tipo de escrúpulos dar su vida por mí, en cambio, seré yo quien decida acabar con la mía lo antes posible. Antes de ver que Alemania se va a pique y yo ya no tenga todos los "hilos" suficientes, ni la fuerza necesaria para luchar por ella.

Hoy y a lo largo de estos últimos días, quiero dejar constancia del comienzo de todo lo que ahora está trayendo tales consecuencias y sus porqués.

Año 1889, tal día como hoy hace 56 años, vine al mundo en Austria. Desde ese momento, quedó predicha la importancia que lograría tener yo a lo largo de toda mi vida... Fui como todos, un niño normal, un poco hiperactivo y rebelde, pero muy leal y perseguidor de toda cosa que quisiese.

Transcurridos los años, cuando tenía unos 25 años por ahí, decidí formar parte del ejército alemán, me alisté a él con el claro propósito de sublevarme y conseguir ser algo más, se olía de forma persistente la idea de que una guerra podría estallar lo antes posible. Y así fue, la Gran Guerra estalló en 1914, cuando apenas llevaba yo cuatros meses en mi rango, soldado raso. Fue atroz todo lo que me tocó vivir, he de confesar que tenía ese afán de imponer mis ideas sobre los superiores, recibiendo por ellos castigos penitenciarios en el cuartel. Ese ideal de sublevación por conseguir lo que fuese por mí Alemania, me llevó a cometer todo tipo de tácticas, luché como nadie y saber que cuando la guerra terminó el poder se lo llevaban los otros, creó dentro de mí una impotencia unida a un odio feroz de ver como las oportunidades se iban de las manos y nadie hacía nada por retenerlas.

El odio fue a mayor cuando en 1919, se elaboró un tratado de paz, llamado tratado de Versalles, donde los países Aliados y Alemania concretaron, después de la Gran Guerra, que Alemania cargaría con la responsabilidad de todas las consecuencias que la guerra había generado en Europa. Se ocuparían de reformar todo lo destruido en su momento.

Dicho tratado fue roto, desde que llegué al poder fue una de las primeras cosas que hice… Recuerdo ese maravilloso día, cuando el 30 de enero de 1933, me proclamaron canciller alemán. Confieso que no fue de la manera más adecuada, pero la fuerza y la presión sobre los demás fueron mis armas más dotadas así que no prescindí de ellas cuando me hicieron falta. Todo comenzó cuando en 1932 la NSDAP perdió las elecciones, provocando entonces multitud de revueltas callejeras que acabarían con un colapso extremo en el país. Fue cuando, bajo las presiones, soborné al jefe de Estado en esos momentos (Hindenburg), líder alemán presidente de la República de Weimar. Estas elecciones de 1933, me otorgaron el control absoluto del Parlamento, en el cual después aprobaría el establecimiento de una dictadura sobre el país, creando así el III Reich, nombre que hace referencia a mi imperio nazi en su totalidad.

Ya que hago referencia a tal república, fue en esa ciudad donde fue impuesta la democracia que existía hasta el momento de yo llegar al poder. Fue un término muy hablado y extendido durante los años de 1919 hasta 1933.

Hoy querido diario, te confieso todo los antecedentes de mi vida… Llegar al poder fue una de las cosas más maravillosas que me han pasado, conseguir todo lo maquinado por mi cabeza ha sido un reto placentero y me siento orgulloso. Aunque no fueron alegrías todas las cosas que pasaron ante mí, recuerdo que en el año 1923, organicé y elaboré un golpe de Estado, ese tan famoso pustch de Munich, entre los días 8 y 9 de noviembre de dicho año. Lo provoqué gracias a la ayuda de mi partido minoritario hasta entonces, el PNSA (Partido Nacional Socialista Alemán). Dicho intento de lograr el poder por todos los medios y resultar fallido, provocó que uno de mis máximos dirigentes (Rudolf Hess) y yo fuésemos procesados y condenados a 5 años de prisión, de los cuales sólo cumplí un año.

Año en el cual me resultó de provecho, ya que tuve la oportunidad de escribir durante esas largas tardes y sesiones de soledad que me acompañan siempre, una obra propia, relatando mi biografía junto con mis ideas fascistas y racistas propias del nacionalismo. A este libro le otorgué el nombre de “Mein Kampf” (Mi Lucha).

Después de mi nombramiento como canciller, ese mismo año se produjo un incendio en el Parlamento que acabó con el edificio y su interior por completo. La culpa de tal catástrofe fue de pleno para los socialistas, además yo mismo me encargué de que así fuese, no podía dejar pasar tal oportunidad, una oportunidad magnífica que me brindaba el destino… con la cual, podía ganar más seguidores a mi favor. Todos sin ningún tipo de objeciones aceptaron tal culpa, aunque no obstante años después se descubrió que la culpa fue mía plenamente. Pero para entonces ya me daba igual, tenía en mis manos el control de toda Alemania y de gran parte de Europa, nada ni nadie daría un paso al frente para retarme y mucho menos para cargarme con culpas.

Bueno y ya que nombro el poder que he sobrepuesto por toda Europa a lo largo de todos estos años, me gustaría dejar constancia de muchos de los ataques que produje motivado por las ansias de que una sola raza fuese impuesta en toda Europa y en el mundo si me hubiera sido posible.

Hablo de esta raza, como la raza aria perfecta, esa que con tan sólo escucharla define claramente la superioridad del hombre blanco europeo por encima de cualquier otra raza o etnia. Una raza perfecta, una raza que no arrastra consecuencias de ningún tipo de acto que haga, es la única con derechos para hacer del mundo lo habido y por haber.

Bueno, ahora sin andarme por las ramas relataré uno a uno los conflictos, ataques y consecuencias de cada una de las cosas significativas que marcaron mi vida, Europa y a todo el mundo.

En el año 1918, justo cuando la Gran Guerra había manchado nuestro honorable nombre, se crea un partido político (comunistas alemanes) formado por el ala bolchevique del partido socialdemócrata, que se oponían a la gran guerra, argumentando que se trataba de una guerra imperialista. Durante mi dictadura nazi, fueron suprimidos y sus dirigentes enviados posteriormente a campos de concentración, está clarísimo persona que no siguiese mi ideología no era un auténtico alemán.

¡Uff! Las horas pasan y pasan y aquí sigo… concentrado relatando con perfecta ubicación y concordancia toda mi vida, aún así sabiendo que son pocas las horas que me quedan de vida… aun así, merece la pena seguir escribiendo.

Me inclino ahora a escribirte sobre Anschulss, término que designa la incorporación de Austria en Alemania, se produjo durante la década de 1930, cuando mi dictadura ya estaba consolidada y mi único objetivo era el de anexar el máximo de territorios convirtiéndolos directamente en propiedad alemana. Pues como te comento, Anschulss, fue una de mis tantas anexiones ya que el número de alemanes que vivían ahí era elevado, siempre he dicho que donde haya un alemán allí está Alemania. Francia y Gran Bretaña permitieron que me anexionase para calmar un poco mis ansias y para que no explotase por algún motivo una nueva guerra mundial. Se equivocaron conmigo, ya que mi recelo por conseguir todo lo que me propusiese me llevó a más.

Tanto fue así, que durante esta misma década, el enfrentamiento entre los grupos étnicos que existían en la región de los Sudetes fue a mayor en el momento cuando la población alemana del país, decidió escindirse de Checoslovaquia e incorporarse a la Alemania de Hitler. Provocando una crisis internacional en 1938 que concluyó finalmente con la cesión de los Sudetes a Alemania, gracias a que los acuerdos de Munich fueron aprobados y firmados, durante aquella lejana noche del 30 de septiembre, por los jefes de gobierno de Reino Unido, Francia, Italia y Alemania, con el objeto de solucionar la crisis que sufría los Sudetes en dichos tiempos.

Ahora que recuerdo querido diario, quiero destacar a los Juegos olímpicos de Berlín, celebrados un año antes de mi nombramiento como canciller. La etapa de estos juegos trajo oportunidades magníficas para hacer propaganda de mi ideología fascista totalitaria, gracias a la ayuda de mi fiel amigo Goebbels, ministro de propaganda de la Alemania nazi, una figura clave dentro de mi régimen. Con la distribución masiva de publicidad sobre mi partido, obtuve a muchos más seguidores y eso me llenó de honra y plenitud.

Por otro lado, durante la celebración de tales juegos, se celebró una competición de relevo entre participantes de diversos países, entre ellos EE.UU., donde dicho jugador era negro… aún lo recuerdo y la palabra “asco” recorre de pies a cabeza todo mi cuerpo. Y el colmo de los colmos, fue que resultó ganador de esa prueba y yo como invitado central por parte de la sede, me otorgaron el honor de entregar las medallas a los finalistas… Yo, indignado al ver semejante ridículo abandoné sin más el palco. Que pena que ya no tendré oportunidad de acabar con esa raza, al igual que con el exterminio judío. Hubiese sido todo un placer.

Son tantas las fases significativas de mi vida que creo que involucrarlas dentro de este diario no será suficiente, pero de la forma más correcta hablaré de ellas con orgullo o pesimismo.

La noche de los cuchillos largos, fue una operación muy destacada y significativa (conocida también como Operación Colibrí). Fue una purga que tuvo lugar en Alemania entre el 30 de junio y el 2 de julio de 1934 (año después de ascender al poder). Ocurre cuando el régimen nazi llevó a cabo una serie de ejecuciones políticas. Decidí conveniente el ataque al máximo dirigente de la SA, sí así es, parece algo fuera de lo común atacar a uno de los míos pero la SS se impuso frente a la SA. Ya que no podía aceptar la idea de que otros de mi mismo partido me pudiesen traicionar.

Y si de traición hablamos, señalo el nombre de Stauffenberg, militar alemán, coronel del Estado Mayor de la Wehrmacht y jefe del ejército de reserva de Berlín. Su nombre pasará a la historia al igual que yo, ya que éste individuo elaboró un atentado frustrado contra mí. Llamado: “Operación Valkiria”. Su intento fue fallido y mucho más en vano. Según lo que argumentó en su momento, no le parecía justo como mi régimen nazista, mataba a millones de judíos. Sinceramente oídos sordos fue lo que hice cuando esbozó su defensa, no dejaré de repetir hasta la saciedad que uno es alemán si sólo ve por sí mismo y no por los demás… Stauffenberg, decidió ir en contra de mí y las cosas no salieron color de rosas.

Son las 20:45 PM, como pasan las horas y ni me entero… estoy aquí, dentro de mi despacho, escuchando sin cesar los continuos bombardeos que estallan en el exterior, es increíble que ni siquiera el aislamiento que produce un búnker, evite los sonidos estrepitosos de fuera. No sólo escucho a los torpedos y bombas caer, también si presto atención oigo a mi perra Bloni jadear de forma constante, como si estuviese alterada. Una de las más fieles dentro de mi Reich, siempre alentadora y eficaz, sin desobedecer ninguna de mis órdenes… siento una pena y lástima terrible de pensar que mañana antes de efectuar mi suicidio, experimentaré con ella los efectos que causa la cápsula de cianuro que he decidido tomar para no alargar mi agonía un segundo más. ¡Estaré orgulloso de ella de por vida! […]”


Continúa...

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